La comunicación, el vínculo laboral, trascendente por excelencia, debe ganar un espacio para sostenerlo de manera formal.
Si se deja librado al azar, lo urgente corre a lo importante, y la técnica no basta, complementa tener en cuenta lo valioso del trayecto recorrido por otro, ejerciendo la función de ser sostén del mañana.
Los verdaderos líderes transmiten sus saberes sobre la cultura empresarial, considerando en la predica las siete máximas:
1. Interrogar razonablemente
2. Escuchar con atención
3. Responder serenamente
4. Callar cuando no tengas nada que decir
5. Ser organizado y disciplinado
6. Cumplir con la palabra
7. Dar más de lo que nos piden
En la gestión gerencial, la prioridad de invertir tiempo en la generación de conocimientos, resulta valioso para la organización, aportando una mirada que nutre.
Parte de la cultura se encuentra en las personas que tienen trayectoria, y que estén dispuestas a transmitir, a las generaciones que continúan.
La realidad demuestra que el exceso de información, sin direccionamiento, puede llegar a distorsionar el contenido, y le quita agilidad a la toma de decisiones lo que puede llegar a desmejorar los resultados del negocio.
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